~ DÉJATE FLOTAR ~

Imagina que la vida serías tú, en un flotador. Y ese flotador solo tendría que hacer el descenso de un río, y que el objetivo era que recibieras sol en todo el cuerpo, por igual. Dejar que la energía del sol entrara en toda tu piel, por igual. ¡Solamente eso!

Vendrías todos los días, recogerías el flotador donde lo habías dejado el día anterior y simplemente te dejarías flotar, en la dirección que te llevara la corriente. Naturalmente, hacia el mar. Y un día, al llegar tranquilamente al mar, estarías totalmente energizado por la luz del sol, por igual.

¿Y sabes por qué? Porque, como te has dejado llevar, el flotador simplemente se ha girado y estuviste expuesto al sol de muchas formas diferentes. Y dado que todo es sabio en la naturaleza y en las corrientes, el flotador no permanecería en la misma posición demasiado tiempo. Nunca te quemarías demasiado en una parte. Nunca llegarías tarde ni te adelantarías, porque la corriente sabe cuánto tarda el camino en recorrer. Y como sabrías que el camino no debería acortarse ni alargarse, simplemente dejarías pasar el tiempo, y con el tiempo conocerías las orillas del río y te harías cada vez más sabio. Todas las noches dejarías tu flotador y conocerías a la gente, las costumbres y tradiciones, y compartirías tus conocimientos. Cada mañana, recogerías tu flotador y seguirías tu camino. Al llegar al mar, habrías recorrido la ruta completa, no estarías cansado, estarías energizado por igual y conocerías los extensos márgenes del río.

Este es el camino de la vida. Llegar a tiempo, intacto, tranquilo, tocado por la naturaleza y conocedor de los hombres.

Texto adaptado | Alexandra Solnado